Forzar transición a vehículos eléctricos genera crisis en industria automotriz de EEUU

La industria automotriz estadounidense está sintiendo los embates de su acelerada transición a los vehículos eléctricos, presionada por el gobierno demócrata, con grandes pérdidas financieras y ahora una histórica huelga laboral.

El presidente de Ford, Jim Farley, incluso sugirió la semana pasada, antes del paro convocado por el sindicato UAW contra los Tres Grandes fabricantes, que su empresa no podía pagar lo que los trabajadores pedían debido al alto costo del cambio a eléctricos.

Ford anunció este verano que espera perder la astronómica cifra de $4.500 millones solo en vehículos eléctricos en 2022, al revisar al alza su estimación inicial de $3.000 millones.

Los comentarios de Farley se dieron en una entrevista con CNN donde se le preguntó sobre equilibrar alzas salariales con su impacto en la transición eléctrica.

La huelga apunta inicialmente a tres plantas tras el fracaso en acordar mejoras de sueldos y condiciones con los fabricantes. El sindicato llegó a pedir alzas del 40% en 4 años, rebajándolas luego al 36%, junto a ajustes al costo de vida, fin de salarios diferenciados y aumento de pensiones.

Ante la consulta de CNN, Farley aclaró que, si bien no se oponían a incrementos de dos dígitos, ir al 40% quebraría a la firma. Dijo que no recortaría la apuesta eléctrica pese a proyectar pérdidas por $4.500 millones solo este año.

General Motors ha enfrentado problemas similares de suministro y producción de baterías. Su directora ejecutiva Mary Barra reconoció las dificultades este verano.

El paro y la situación económica están mostrando que la transición demócrata a eléctricos implicará muchos menos empleos. El Servicio de Investigación del Congreso advirtió que la transición será dolorosa debido a que los coches eléctricos requieren mucho menos ensamblaje y partes.

Esta dura realidad explica por qué algunos demócratas se unieron a republicanos la semana pasada para bloquear los mandatos de fin de vehículos a gasolina. El sindicato UAW admitió que la transición eléctrica forma parte de su estrategia de huelga.

Al respecto, analistas advierten que un paro prolongado podría significar un traspiés profundo en la tan promocionada transición eléctrica, cuyas dificultades y costos están quedando al descubierto.