EEUU: Rusia ya perdió la guerra con Ucrania y no logró dividir a la OTAN

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó este miércoles que Rusia ya perdió la guerra con Ucrania y que los rusos no lograron dividir a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

“Los rusos ya han perdido. No han tomado el control de Ucrania. El presidente (Vladimir) Putin no va a desfilar por las calles de Kiev, no van a poseer la integridad territorial y la soberanía de este país y no han dividido la OTAN”, aseguró Psaki en rueda de prensa.

Agregó que, “la forma en que el presidente Putin definió ‘ganar’ una guerra que inició desde el principio fue apoderarse de Ucrania, envolver a Ucrania en Rusia, arrebatarle su integridad territorial y su soberanía y claramente, eso no ha tenido éxito”.

La portavoz reiteró que Estados Unidos haría “todo lo que pueda para ayudar a Ucrania a defender su soberanía e integridad territorial y para reforzar a los ucranianos en el campo de batalla y en la mesa de negociaciones”.

Psaki cree que Ucrania ha defendido su patria con mucha valentía. “Ahora lo que estamos haciendo es fortalecer a Ucrania en la mesa de negociación, mediante el suministro de armas en el campo de batalla y apoyando cualquier necesidad que tengan”.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, denunció que las fuerzas rusas aún no permiten la salida de civiles de la ciudad sitiada de Mariúpol.

“En los últimos días, ha habido más de un centenar de personas que han podido ponerse a salvo hasta Zaporizhzhia. Pero todavía hay cientos de personas que están atrapadas en la acería. Hay miles de personas que se encuentran en la ciudad sitiada de Mariúpol y que han vuelto a ser objeto de bombardeos y de violencia. Hay que dejar salir a la gente y dejar entrar la ayuda humanitaria”, pidió Price.

A inicios de abril, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano, Oleksei Danilov, advirtió sobre la posibilidad de una nueva ofensiva rusa el 9 de mayo, cuando conmemora la victoria soviética sobre la Alemania nazi, por lo que es una jornada “sagrada” para Moscú.