Después del COVID-19 "somos más vulnerables”: variante de VIH y la viruela del simio, entre los virus surgidos

Mientras la epidemia de COVID-19 parece estar mayormente bajo control en todo el mundo, las organizaciones de salud advierten del resurgimiento de virus y enfermedades.

El COVID-19 mantuvo al mundo encerrado en sus casas, con extremas medidas sanitarias, que iban desde la desinfección constante de manos hasta el uso de mascarillas en espacios abiertos y cerrados. Ahora, cuando el mundo regresa a la normalidad, “las molestias virales y bacterianas que estaban en pausa están regresando y se comportan de manera inesperada”, según PBS. 

Las restricciones contra el COVID-19 pudieran haber debilitado los sistemas inmunológicos y el comportamiento de los virus a nivel global.

Los virus son los mismos, “pero nosotros no lo somos. Por un lado, debido a las restricciones de COVID, tenemos inmunidad adquirida mucho menos recientemente; como grupo, más de nosotros somos vulnerables en este momento. Y ese aumento en la susceptibilidad, sugieren los expertos, significa que podemos experimentar algunos problemas mientras trabajamos hacia un nuevo equilibrio pospandémico con los virus que nos infectan”.

Según PBS,  “Los bebés nacidos durante la pandemia pueden haber llegado al mundo con pocos anticuerpos transmitidos por sus madres en el útero, porque esas madres pueden haber estado protegidas del RSV y otros patógenos respiratorios durante sus embarazos”, dijo Hubert Niesters, profesor de virología clínica y diagnóstico molecular en el Centro Médico Universitario, en Groningen, Países Bajos.

En un estudio de octubre en la revista Cell Reports Medicine,  el doctor Nielsen-Saines y sus coautores encontraron que los bebés nacidos de personas con infecciones graves por covid tenían una combinación diferente de células inmunitarias y proteínas que otros bebés.

“Para los fetos expuestos a coronavirus, el mayor peligro no suele ser el coronavirus en sí, sino el sistema inmunológico de la madre”. En algunos casos, parece cambiar la respuesta inmune de un bebé. “Los cambios inmunes son preocupantes, porque este patrón de células y proteínas inmunes se ha encontrado anteriormente en bebés con problemas respiratorios y, en algunos casos, desarrollo neurológico deficiente”, dijo Nielsen-Saines.

Ahora los expertos también advierten, que estas restricciones sanitarias llevaron a que en muchos países se tomaran medidas como suspender la vacunación contra enfermedades, lo que supuestamente, según The New York Time, desde el mismo 2020, esto provocó el rebrote de otras enfermedades.

En medio de la pandemia ha habido un aumento de enfermedades como el cáncer, el asma y las cardiopatías.

Por ejemplo, en 2021 aumentaron los casos de dengue, malaria y otras enfermedades virales en Perú. Y en Colombia, en el 2021 se presentaron 51.988 muertes por enfermedades isquémicas del corazón, un 12 % más que en el 2020.

La OPS advierte de que en el 2022 el virus de la gripe vuelve a circular y no solo durante la temporada tradicional de gripe.

Este 2022, el Instituto del Cáncer de Miami ha visto un aumento  de los "diagnósticos en fase tardía debido al retraso en las pruebas de detección”.

Una investigación publicada recientemente en los Países Bajos habla de una variante del VIH más transmisible y dañina, con el doble de tasa de disminución del sistema inmunitario y mayores cargas virales del VIH, que puede desarrollar sida de dos a tres veces más rápido.

En marzo, investigadores de la Universidad de Emory, en Atlanta alertaron de un virus potencialmente letal que transmiten la garrapata estrella solitaria, el Heartland, que se está propagando por todo Estados Unidos, y ahora se ha encontrado en Georgia, después de surgir en Missouri. Y “no hay pruebas ni tratamientos formales para el virus, y el nivel de transmisión a los humanos se desconoce”.

También en marzo, la OPS reportaba que la pandemia por COVID-19 ha provocado un aumento del 25% en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo.

En abril se dio a conocer, que enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea y la sífilis siguieron aumentando desde el 2020, durante el primer año de la pandemia de COVID-19.

Desde mayo, el brote reciente de viruela del simio, una rara infección viral que se encuentra habitualmente en África central y occidental, está desconcertando a los expertos en salud con más de 1,100 casos confirmados en 29 países donde la enfermedad no es endémica.

El virus sincitial respiratorio, o RSV, un virus que normalmente causa enfermedades en el invierno provocó grandes brotes de enfermedades en los niños el verano pasado y a principios del otoño en los Estados Unidos y Europa. Pero la OPS alertó de la presencia del virus en América Latina.

Quizás la más preocupante de estas enfermedades surgió en enero de 2022, cuando se dio a conocer que el adenovirus 41, generalmente responsable de enfermedades gastrointestinales, que se convirtió en la causa aparente del brote de hepatitis aguda de origen desconocido entre los niños pequeños. La OMS había confirmado la existencia de 650 casos de Hepatitis aguda infantil en mayo. Esta rara enfermedad, ha generado todo un debate sobre su relación o no con las vacunas,  sobre todo después de que un estudio de células humanas in vitro mostró que cuando las células hepáticas humanas en un tubo de ensayo se exponen a los componentes de la vacuna de ARNm Pfizer Covid-19, las células hepáticas absorben los componentes de la vacuna con bastante rapidez.

Recientemente, el pasado 10 de junio, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud emitieron una alerta epidemiológica  por el riesgo de brote por virus polio. Dado el riesgo de importación de poliovirus salvaje como de los derivados de la vacuna o la emergencia de un poliovirus derivado de la vacuna.

También en junio se daba a conocer que los casos de sarampión se han disparado. Incluso ha vuelto a emerger en países donde se consideraba erradicado.

La humanidad no está exenta de la aparición de nuevos virus mortales, como el Nipah, un “virus siniestro”, del que ha habido varios brotes en Asia, y que provoca que entre el 40 y el 75% de los contagiados muera.

Tal vez, ante el panorama que nos presentan las consecuencias del COVID-19, sería válido cuestionarse, si las extremas medidas sanitarias que se tomaron ante un virus con una baja tasa de mortalidad, fueron necesarias y justificadas.

David Heymann, quien preside un comité de expertos que asesora al Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, nos da una luz esperanzadora, cuando dice, refiriéndose a los virus, que “una vez que has infectado a varias personas, se produce la inmunidad colectiva y el virus desaparece. No hemos cambiado fundamentalmente las reglas de las enfermedades infecciosas”.