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Tecnología

Conservadores presionan a Musk para que restaure cuenta de Twitter de Trump

La compra por parte del fundador de Tesla de una tajada importante en Twitter reaviva el llamado para poner freno a la censura que ejercen los gigantes tecnológicos

Abril 4, 2022 11:33pm

Updated: Abril 5, 2022 10:12am

Los conservadores están pidiendo a Elon Musk que restablezca la cuenta de Twitter del expresidente Donald Trump después de que el director ejecutivo de Tesla se convirtiera en el mayor accionista de Twitter.

Musk, la persona más rica del mundo, compró 73,5 millones de acciones de Twitter por un valor aproximado de 2900 millones de dólares en ese momento, según un reciente registro ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE UU. La compra le dio a Musk una participación del 9,2% en el gigante de las redes sociales, mayor que la de cualquier accionista.

Aproximadamente una semana antes, Musk criticó a Twitter por no proteger la libertad de expresión.

"Dado que Twitter sirve como la plaza pública de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia", tuiteó Musk. "¿Qué debe hacerse?"

"¿Se necesita una nueva plataforma?" añadió más tarde.

Musk no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios y aún no ha hecho ninguna declaración pública sobre su nueva situación de propietario en Twitter.

La compra de Musk reavivó los llamados para controlar la influencia de los gigantes tecnológicos, mientras los conservadores lo presionaron para que restablezca la cuenta de Twitter de Trump, que fue prohibida tras los disturbios del Capitolio del 6 de enero del año pasado.

"Ahora que @ElonMusk es el mayor accionista de Twitter, es hora de levantar la censura política. Ah... ¡y TRAER DE VUELTA A TRUMP!". tuiteó la representante Lauren Boebert (R-Colo.).

"¿El nuevo accionista mayoritario devolverá la libertad de expresión a Twitter?" preguntó la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.). "Requerirá coraje [porque] el régimen está invirtiendo fuertemente en una cierta industria y las amenazas sin duda no se harán esperar. Sin embargo, la libertad de expresión restaurada nos ayudará a derrotarlos".

Errol Webber, un candidato republicano al Congreso en California, agregó que con Musk como mayor accionista, ha llegado el momento de devolver a Twitter su "antigua gloria" al "traer de vuelta al presidente Trump" y poner fin a "todas las formas de censura política y de otro tipo".

Monica Crowley, quien se desempeñó en la administración Trump como subsecretaria de asuntos públicos del Departamento del Tesoro, tuiteó que Musk debería usar su influencia en Twitter para "exigir el fin de la censura política, la reforma en toda la empresa y la restitución del presidente Trump".

Twitter suspendió permanentemente la cuenta de Trump el año pasado luego de la violación del Capitolio el 6 de enero "debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia". Trump pasó a lanzar Truth Social, una nueva plataforma de redes sociales.

Trump y muchos de sus seguidores criticaron la prohibición de Twitter como un esfuerzo por silenciarlo por expresar puntos de vista con los que Silicon Valley no estaba de acuerdo.

De hecho, los críticos argumentan que los gigantes tecnológicos tiene demasiado poder y lo usa injustamente para censurar contenido conservador o republicano sin encarar consecuencias, amenazando la libertad de expresión. Twitter, Facebook y otras empresas tecnológicas importantes responden que no se dedican a la represión, sino que protegen a los usuarios de la intolerancia, la desinformación y la posible incitación a la violencia.

Después de que Twitter prohibiera a Trump el año pasado, Musk pareció explicar la medida como un ataque a la libertad de expresión.

The Babylon Bee, un sitio satírico conservador, compartió en Twitter un artículo que publicaron en ese momento titulado "Dictador fascista malvado censurado y expulsado de su cargo". Musk, que tiene 80,3 millones de seguidores en Twitter, respondió: "Mucha gente va a estar muy descontenta con que los tecnócratas de la Costa Oeste sean de hecho los árbitros de la libertad de expresión".

Otro usuario tuiteó que "los tecnócratas de la Costa Oeste tiene que distinguir entre prohibir el discurso de odio y prohibir el discurso que ellos odian", a lo que Musk respondió: "Esta es una distinción importante".

Todo parecía indicar que Musk pensaba que Twitter y otras empresas de Big Tech en realidad prohíben las ideas con las que no están de acuerdo con el pretexto de combatir el discurso de odio.

No era la primera vez que Musk defendía públicamente la libertad de expresión. En junio de 2020, por ejemplo, Musk criticó a Amazon después de que un escritor revelara que su próximo libro sobre COVID-19 no cumplía con las pautas de venta de Amazon. El autor había criticado las medidas de confinamiento pandémico y cuestionado la gravedad de la enfermedad.

"Esto es una locura @JeffBezos", dijo Musk, nombrando al CEO de Amazon. "Es hora de dividir Amazon. ¡Los monopolios están mal!"

Amazon dijo más tarde que el libro se eliminó por error y lo restableció.

Musk no ha sido el único en cuestionar la prohibición de la cuanta de Twitter de Trump y lo que revela sobre el poder de Big Tech para silenciar a las personas, incluso a los presidentes.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), una organización abiertamente crítica de Trump, expresó su preocupación después de que el ex presidente fuera censurado y dijo que si bien "entendemos el deseo de" suspenderlo permanentemente, "el poder descontrolado" que tienen las empresas como Twitter y Facebook "debería preocuparle a odo el mundo".

La ACLU no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios para este artículo.

Más allá de Trump, la influencia de los gigantes tecnológicos sobre el discurso público se ha convertido en una gran preocupación para muchos observadores en ambos lados del espectro político y, según los expertos, incluso alguien tan poderoso como Musk, no es suficiente para cambiar el status quo.

"Si bien este es un evento positivo, la inversión de Musk por sí sola no resolverá la censura políticamente motivada de los conservadores por parte de Big Tech", dijo Mike Davis, fundador y presidente de Internet Accountability Project. "El Congreso debe modernizar nuestras leyes antimonopolio y reformar la Sección 230 para restaurar la competencia y la responsabilidad en el mercado tecnológico".

La Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones protege a las empresas que actúan como plataformas o foros públicos virtuales, como Facebook, Twitter e Instagram, de la responsabilidad por el contenido de sus sitios. Esto significa que los gigantes de las redes sociales no pueden ser demandados y considerados legalmente responsables por el contenido publicado por los usuarios.

Sin embargo, según argumentan los críticos, estas empresas en los últimos años se han estado comportando como editores, no como plataformas, al optar por bloquear cierto contenido como si fueran una publicación. Los conservadores sostienen que la mayor parte del contenido censurado apoya sus puntos de vista o critica a la izquierda política.

Como resultado, continúa el argumento, Los gigantes tecnológicos actúan como editores al decidir qué contenido se queda al tiempo que disfruta de inmunidad legal como plataforma bajo la Sección 230 sin que se le haga responsable por su conducta.

Tanto los demócratas como los republicanos en el Congreso han dicho a menudo que tienen la intención de actualizar y reformar la Sección 230, aunque no se ha realizado ningún cambio importante.