"Pajas entre colegas": Abren club de masturbación masculina grupal en España

Un nuevo local en la ciudad de Alcorcón (España) se anuncia como un club de masturbación masculina en grupo. Su nombre es elocuente: Pajas entre colegas.

Se trata del primer centro de masturbación masculina en grupo que existe en España y el segundo registrado hasta la fecha en toda Europa. El local dispone de 100 metros cuadrados de espacio, los cuales pueden albergar un aforo máximo de 70 personas.

En su interior, se oye música de jazz y las paredes están decoradas con grafitis. Tiene sillones amplios y dos pantallas gigantes que emiten, exclusivamente, vídeos de hombres masturbándose, según El País.

El citado medio también destaca que el negocio es una idea importada de Estados Unidos, donde los llamados Jack off clubs han proliferado en algunas ciudades. El fenómeno también se ha reproducido en países como Canadá y Reino Unido.

"Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina", explicó el fundador del negocio, Nacho G, a El País.

Asimismo, Nacho menciona que, durante la masturbación, los hombres pueden besarse o tocarse entre sí. Para ello, se implementa un sistema que permite conocer a simple vista los intereses de los otros hombres en la sala: una pulsera con un código de color que indica si el portador acepta que otra persona lo toque o no.

Las sesiones del Club de Pajas de Alcorcón tienen una duración total de tres horas en las cuales los participantes, además de masturbarse, pueden charlar y compartir experiencias. El precio para hacerse miembro va por tarifas: desde los 20 euros por un mes hasta los 235 euros anuales.

"Por lo general, cuando algún miembro termina, no se suele ir (...). Se queda para repetir tantas veces como quiera o pueda durante las tres horas que dura cada evento. Entre orgasmo y orgasmo siempre se charla, como si fuésemos viejos amigos, sin malos rollos. Sin vergüenza", asegura Nacho G.