Los encierros de Pamplona vuelven después de dos años, con algunos heridos

Decenas de miles de personas vestidas de blanco y con pañuelos rojos llenaron el jueves las calles de Pamplona para celebrar los primeros encierros de San Fermín en dos años.

El festival anual fue cancelado en 2020 y 2021 debido a la pandemia de COVID-19, así como por las restricciones que se derivaron de ella.

"He estado en San Fermín muchas veces antes, pero esto es muy diferente, la gente ha echado de menos la celebración. Están felices de estar con sus familias, felices de estar sin las mascarillas, sólo quieren sentirse vivos y disfrutar del sol", comentó Michelle René de San Francisco.

"La energía es impresionante, es la mejor fiesta, lo más grande que he visto en mi vida", añadió Pablo Cortés, un turista que viaja para ver el evento desde Hawai.

El evento comenzó el jueves y continuará durante una semana. Durante los encierros, seis toros bravos persiguen a los corredores por las callejuelas de Pamplona, las cuales se extienden a lo largo de más de 800 metros.

Hay ocho carreras en total, que duran entre tres y cinco minutos cada una. Las carreras terminan en la plaza de toros, donde un torero profesional espera para matar al toro.

El primer encierro del jueves duró dos minutos y 35 segundos. Aunque nadie fue corneado, varios corredores se cayeron, fueron pisoteados o empujados en las calles empedradas mientras la multitud huía de los toros.

El hospital de Pamplona informó que al menos seis personas necesitaron tratamiento. Un estadounidense de 30 años se rompió el brazo izquierdo, además de que una joven española de 16 años perdió parte de un dedo. Los otros cuatro eran hombres españoles de entre 19 y 45 años. Al menos dos hombres fueron golpeados en la cabeza por un cuerno de toro.

Desde el inicio de los encierros en 1910, han muerto dieciséis personas, aunque la última víctima falleció en 2009. En 2019, ocho personas fueron corneadas por los toros y necesitaron asistencia médica.

A pesar de ello, un turista estadounidense de San Diego, California, asegura que el riesgo de correr con los toros valía completamente la pena.

"Siento que necesito llorar. Son tantas las emociones que se acumulan en mí, corriendo con 'mis amigos'. No sé dónde están, los he perdido a todos", mencionó.

"Me parecieron dos segundos, probablemente fue como un minuto cuando realmente tuve a los toros corriendo a mi lado, pero me pareció tan rápido, como un parpadeo y se fue. Es asombroso, increíble, una de las mejores experiencias que he tenido", continuó.

Una vez finalizado el primer encierro, los asistentes a las fiestas de San Fermín continúan el día bebiendo, comiendo y acudiendo a actos culturales.