Ofensiva policial en Cuba desmantela más de 70 almacenes clandestinos de mercancía

Un reportaje del noticiero VisionEs de la provincia cubana de Santi Spíritus dio a conocer que la policía allanó más de 70 casas, que según ellos eran utilizadas para almacenar productos de todo tipo que eran revendidos en el mercado negro.

Estos operativos son el tipo de embates policiacos que el gobierno castrista realiza con frecuencia para tratar de evitar el contrabando que florece en la isla, y que se vuelve incontrolable ante las carencias endémicas provocadas por la incompetencia del régimen para abastecer los mercados.

Los cubanos logran suplir sus necesidades justo a través del mercado negro, que a su vez se nutre del robo en las empresas estatales.

“Actividad económica ilícita, receptación, acaparamiento”, son los términos usados por la prensa castrista para definir a los delitos cometidos por las personas arrestadas, aunque no dice qué ocurrió con los implicados.

Aunque el reportaje, con todos los elementos de la propaganda más chata, carece de evidencias periodísticas (fotos de los responsables, imágenes de los operativos policiales), y las imágenes del decomiso se limitan a un par de fotos genéricas y otra poco reveladora de un policía con mascarilla sanitaria en su rostro, frente a una gran cantidad de productos, VisionEs lo presenta como un trabajo de investigación.

Todo el reportaje se basa en una entrevista en la que una periodista entrevista a otro periodista, quien asegura que su investigación revela que esas 71 casas-almacén privadas, en diferentes municipios de la provincia de Sancti Spíritu, se hallaron productos, como pasta dental, jabones, detergente, aceite comestible, cigarros, cemento, herrajes, medicamentos, arroz, azúcar, entre otros.

La lógica del régimen establece que la escasez es la culpable de los robos y el tráfico mercantil en el mercado negro, cuando la verdadera causa de la existencia de esta actividad es la incapacidad del gobierno para desarrollar una economía, si no exitosa, al menos funcional.

El régimen ya ni siquiera es capaz  ofertar todos los productos que vende a través de la libreta de racionamiento.