Entrevistas
EXCLUSIVA | María Werlau, autora del libro "La intervención de Cuba en Venezuela": Fidel Castro consideraba a Venezuela la joya de la corona
“La intervención de Cuba en Venezuela” explica detalladamente cómo el régimen castrista ideó un plan perfecto para penetrar en las áreas estratégicas del país petrolero
Mayo 2, 2024 10:53am
Updated: Mayo 3, 2024 8:52am
En diálogo con ADN América, la investigadora María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba —una organización sin fines de lucro que promueve los derechos humanos mediante estudios y publicaciones— nos habló de los aspectos más importantes de su libro “La intervención de Cuba en Venezuela”, donde se explica detalladamente cómo el régimen castrista ideó un plan perfecto para penetrar en las áreas estratégicas del país petrolero.
–¿Cómo comenzó la investigación del libro?
–Yo no tenía pensado escribir un libro, pero había escrito un trabajo sobre la brigada médica en Venezuela, ya que desde 2010 nos hemos dedicado a ese tema, por lo que fui acumulando una investigación de muchos temas relacionados con Cuba.
Hace unos cuantos años, en Nueva York, me encontré con Diego Arria, exembajador de Venezuela ante la ONU, y con Antonio Ledezma, destacado político y abogado venezolano, y les pregunté por qué no recalcaban más la influencia de Cuba en Venezuela y me respondieron que el país estaba lidiando con muchos problemas a la vez y que la intervención cubana no se había documentado.
Fue entonces cuando decidí buscar en mis archivos y entregarles información sobre el tema. Así que, preparando un documento, me comencé a cuestionar cuán seria e influyente es la intervención de Cuba en Venezuela.
Me di cuenta de que no había información suficiente en inglés sobre este problema, y en español solo había piezas regadas. Así fue como inició mi libro, cuestionándome y agotando las distintas partes de la investigación.
Desde un principio supe que el libro se tenía que publicar en ambos idiomas. Se publicó en inglés en agosto de 2019 y en español, en diciembre de ese año. Ahora, una casa editorial en Argentina publicó el libro con un prólogo nuevo que actualiza lo que ha pasado desde entonces.
–¿De qué manera logró Cuba ocupar Venezuela?
–Fidel Castro consideraba a Venezuela la joya de la corona. Su plan, con el que llega al poder en enero de 1959, ocultaba la alianza comunista que ellos ya tenían planificada.
La revolución cubana llega al mando con la promesa de restaurar la democracia y, además, Fidel buscaba expandir dicha revolución por el continente. A las tres semanas de ascender, ya había viajado a Venezuela porque lo habían invitado unos estudiantes universitarios a celebrar el aniversario de la caída del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. En ese momento se entrevista con Rómulo Betancourt, pidiéndole que se sume a su plan de esparcir la revolución y que le brinde apoyo económico a Cuba, pero Rómulo se niega.
Años después, Fidel vio el discurso de Chávez después de su fallido golpe de Estado en 1992 y pensó: “Este es el hombre”. Al salir de prisión, Chávez se reunió con Fidel en La Habana en el 94 y este le ofreció ayuda para ganar las elecciones, financiándole la campaña.
Chávez llega al poder con las mismas mentiras con las que llegó Fidel Castro, y muestra abiertamente su relación de colaboración con Cuba después de haberla acusado de ser una dictadura.
Comienzan a llegar cubanos a las brigadas sociales (educativas, deportivas, médicas, entre otras), llegan los Babalawo, se empieza a entrenar a las fuerzas armadas por medio de un cambio de doctrina militar, introduciendo a los militares en los negocios para preservar el régimen. La última pieza fue controlar la Dirección de Inteligencia Militar, que es la que vigila a los mismos militares.
–¿Cuáles son las herramientas que ha logrado desarrollar Cuba?
–El libro desarrolla, en su capítulo más importante, las herramientas que ha logrado desplegar Cuba por la misma naturaleza totalitaria de su sistema, que son: en primer lugar, un cuerpo de inteligencia que está al nivel de los mejores del mundo y que tiene todos los recursos para influir y reclutar a gente. Cuba tiene más embajadas en el mundo que la gran mayoría de los países. Estos edificios son el núcleo, no solo de inteligencia, sino de influencia.
En segundo lugar, la propaganda del régimen, que tiene un aparato de prensa y comunicaciones gigantesco. Cuba tiene dos agencias de prensa y una de ellas es Prensa Latina, que trabaja en seis idiomas, por lo que la propaganda de Cuba llega al mundo entero; explotan la misma narrativa con el mismo tema en diferentes países con todos sus agentes convencidos de la ideología radical.
Por último, están los grupos de amistad con Cuba, que son casi 1 700 en el mundo, manejados por el Instituto de Amistad con los Pueblos. Todo esto es un brazo de la oficina de propaganda que marca la línea ideológica que hay que seguir, y esas directrices llegan hasta un ejército de súbditos que no pueden cuestionar nada.
–¿De qué forma logró Cuba, siendo un país más pequeño, tener el papel dominante en su relación con Venezuela?
–Primero, Cuba tuvo un plan clandestino y secreto desde el año 59 para la toma de Venezuela. Segundo, logró manipular el liderazgo venezolano, principalmente a Hugo Chávez. Y, por último, consiguió colocar a su hombre en sustitución de Chávez, es decir, a Maduro. Todo esto, junto a las herramientas que mencioné anteriormente, en función de un plan muy bien diseñado, permitió llegar a toda Venezuela.
De hecho, yo describo en el libro una de las herramientas más importantes: la santería cubana. Su objetivo era debilitar las tradiciones históricas, religiosas e institucionales. Fue una manera de crear una religión de la revolución de una manera no jerárquica.
–¿Qué tan grave es la intervención cubana en Venezuela?
–Por lo que tengo entendido, desde que yo escribí este libro, sigue siendo tan insidiosa como siempre. La única diferencia es que, como Venezuela adoptó el modelo cubano, se ha ido depauperando la economía y destruyendo la producción a todo nivel.
A medida que hay más desplome (en Venezuela), hay menos ayuda para Cuba, lo que quiere decir que hay mucho menos para repartir, no solo para Cuba, sino también para sus otros socios en la región.
Esto ha debilitado a los dos Estados, pero lo ha afianzado con más actividades de naturaleza criminal, incluyendo el narcotráfico, el tráfico de minería ilegal, lavado de dinero, etc, y han estabilizado sus relaciones con Rusia, China e Irán. Todo esto ha compensado el desplome económico de los dos países.
Cuba es un Estado parásito desde hace décadas y Venezuela dejó de ser una potencia económica en la que se malgastó la riqueza petrolera. Pero ellos siguen ahí, porque son narcoestados, cuyo liderazgo tiene a unas mafias en el poder.
–¿A qué otros países, además de Venezuela, se puede expandir el modelo cubano?
–Está en Nicaragua, pero con ciertas diferencias. (Daniel) Ortega siempre ha sido un hombre de Cuba, pero, cuando regresó al poder, él no destruyó al capitalismo del todo, incluso se asoció con los empresarios para crear intereses y quedarse en el poder. Luego es cuando radicaliza la represión.
La ocupación en Nicaragua es muy distinta a la de Venezuela, pero, sin duda alguna, es parte de esta complicidad del ALBA, una alianza que sigue el modelo cubano. Bolivia va por este mismo camino y, además, lograron desestabilizar a Chile, la economía más exitosa de Latinoamérica.
También hay distintos socios en Latinoamérica, como son Andrés Manuel López Obrador, Gustavo Petro, Xiomara Castro, Ralph Gonsalves, quienes son parte directa del ALBA.
–Por último, si la oposición venezolana gana las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio, ¿qué piensa que ocurriría con la intervención cubana en Venezuela?
–Yo pienso que Cuba tiene una dependencia económica significativa de Venezuela y, cualquier cosa que altere las ayudas y los subsidios que entran a Cuba, va a afectar una economía que ya está en la bancarrota desde hace tiempo. Esto podría ser la pieza final que acabe con el régimen cubano.
Siempre he dicho que María Corina Machado es la persona estrella para este momento, es una mujer valiente, inteligente, íntegra, elocuente y con un liderazgo tremendo. El régimen nunca imaginó que tendría un contrincante como ella.
Por otra parte, creo que el gobierno nunca ha estado dispuesto a tener una verdadera elección libre y aceptar el resultado. A estas alturas, la trampa tendría que ser algo muy obvio, pero ojalá se logre respetar las elecciones, porque sería el fin de ellos y, probablemente, el de la dictadura cubana.