Condenan por abuso sexual a padrastro de niños indígenas que sobrevivieron 40 días en selva colombiana en 2023

Un juzgado del municipio de Florencia, Colombia, condenó este lunes a Manuel Ranoque por acusaciones de haber abusado sexualmente de su hijastra de 14 años, la mayor de los cuatro niños indígenas que estuvieron perdidos en la selva colombiana durante 40 días tras un accidente aéreo en 2023.

Según la sentencia, Ranoque abusó de su hijastra desde 2020, quien en este momento tenía 10 años, mientras la familia vivía en un resguardo indígena en el municipio de Solano. El tribunal, que evaluó testimonios de familiares y peritajes forenses, determinó que los hechos ocurrieron de forma sistemática y prolongada.

La imagen de Ranoque, quien en 2023 se mostró como un padre preocupado en la búsqueda de los menores y quien decía que la mayor era como su hija, pese a que solo era padre biológico de los dos más pequeños, cambió radicalmente después de que fueron rescatados.

Tras el reencuentro, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) decidió apartarlo y no se le permitió visitarlos en el Hospital Militar en Bogotá, donde fueron atendidos. La agencia asumió la custodia de los menores, mientras esclarecía las acusaciones en su contra hechas por los abuelos maternos, quienes denunciaron que Ranoque no solamente le pegaba a su hija, la madre de los niños -que murió en el accidente-, sino que maltrataba a sus nietos y abusaba sexualmente de la mayor de ellos.

Fue entonces cuando comenzó la batalla legal. Desde agosto del 2023, Ranoque estaba siendo investigado por el delito de abuso sexual en contra de su hijastra. En octubre de ese mismo año, el acusado no aceptó los cargos por los que fue capturado en el Parque de los Periodistas en la ciudad de Bogotá.

Accidente

El 1 de mayo de 2023, la madre y los menores abordaron una avioneta, que cubría la ruta Araracuara – San José del Guaviare, para reencontrarse con Ranoque. La aeronave se desplomó y 16 días después del accidente fue encontrada, con los cadáveres de tres adultos. Los niños, de 4, 9 y 13 años, a cargo de una bebé que cumplió su primer año estando en el lugar, sobrevivieron y se internaron en la selva.

El Ejército y la Guardia Indígena empezaron a seguir su rastro. Cuando fueron encontrados, la versión de los abuelos maternos fue cobrando fuerza, mientras el ICBF buscaba proteger a los niños en medio del furor mediático.