Cárteles mexicanos intercambian armas por cocaína en Colombia

Los cárteles de la droga mexicanos parecen enviar una mayor cantidad de armas de alto poder a Colombia con la finalidad de pagar sus cargamentos de cocaína. Según las autoridades del país sudamericano, este tipo de comercio es una de las causas para el recrudecimiento de la lucha entre grupos rivales por el control de las rutas del narcotráfico.

Ametralladoras, fusiles de asalto y pistolas semiautomáticas llegan en grandes cantidades a Colombia. La mayoría de ellas fueron fabricadas en el extranjero y son confiscadas a los grupos armados ilegales. Se cree que pudieron ser importadas clandestinamente por las mismas rutas de contrabando usadas para sacar los embarques de cocaína, aseguraron fuentes militares y de la policía citadas por Reuters.

Las relaciones comerciales entre los cárteles mexicanos y los grupos armados colombianos indican que los primeros pudieron comprar cocaína con las armas confiscadas en 2020 y 2021, consideran las autoridades. Esta práctica permitiría a los emisarios mexicanos evitar trasladar grandes cantidades de efectivo.

Según las autoridades colombianas, las armas podrían ser suministradas por los cárteles de Sinaloa, los Zetas y Jalisco Nueva Generación, todos con emisarios en territorio colombiano. En los últimos tres años, al menos 55 ciudadanos mexicanos fueron capturados en Colombia acusados o procesados por narcotráfico, según el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.

El cártel de Sinaloa tiene el alcance geográfico más extenso y las relaciones más profundas con los grupos armados colombianos, según un informe de inteligencia citado por Reuters. Recientemente, la Policía Nacional anunció la captura de Brian Donaciano Olguín Verdugo, el 'Pitt', un hombre considerado como el enlace entre la organización criminal mexicana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"Lo que están haciendo los grupos armados ilegales en Colombia es utilizar a los mexicanos para igualar y tratar de superar en armamento a las Fuerzas Armadas del Estado", considera un funcionario del Centro de Información Antiterrorista y Rastreo de Armas (CIARA) entrevistado por Reuters.

Las armas entregadas a los grupos ilegales ponen en riesgo a las Fuerzas Armadas de Colombia, además de que ponen en riesgo la implementación del acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las FARC.

El año pasado 148 militares y elementos de la Policía Nacional fueron asesinados en Colombia, un 57,4% más que en 2020 y la cifra más alta en seis años, según estadísticas del Ministerio de Defensa.

Actualmente, la batalla por el control del narcotráfico en Colombia la disputan exmiembros de las FARC que rechazaron el acuerdo de paz, guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos criminales, incluido el Clan del Golfo, considerado como el cártel más grande del país sudamericano.

Todos estos grupos ilegales han participado en el conflicto armado interno de casi seis décadas, el cual suma más de 260,000 muertos y millones de desplazados, según estadísticas oficiales. Pero en los últimos meses, la ofensiva de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional ha dejado al descubierto las poderosas armas con que cuentan.

La policía colombiana afirma que mantiene contacto permanente con sus homólogos estadounidenses y mexicanos para tratar de impedir que las armas lleguen a los narcotraficantes locales.