Síndrome de China: las élites de Washington niegan la influencia maligna de Beijing

En el verano de 2020, la oficina de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional intentó publicar un informe desclasificado que sugería que Rusia estaba tratando de influir en las elecciones presidenciales denigrando la salud de Joe Biden.

Cuando los altos ejecutivos del departamento, incluido el entonces secretario interino Chad Wolfe, intervinieron para fortalecer y ampliar el informe e incluir referencias a intervenciones similares de Irán (que había pirateado una base de datos de votantes de los estados) y China (que cuestionó la estabilidad mental de Donald Trump), un oficial de inteligencia del Homeland Security Department presentó una queja de denunciante alegando interferencia política indebida.

Finalmente, se retiró la queja y se modificó el informe con unas pocas oraciones, llamadas recuadro en sombra, para incluir supuestos esfuerzos de China e Irán por entrometerse en las elecciones, según un informe publicado la semana pasada por el inspector general del DHS.
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El organismo de control del departamento concluyó que el informe electoral no siguió los procesos normales de inteligencia y que la intervención de Wolfe corría el riesgo de crear la percepción de interferencia política. Pero también reconoció que muchos en el DHS consideraban que el producto original estaba mal escrito y ejecutado.

Para algunos expertos, la anécdota es uno de una larga lista de ejemplos de cómo la maquinaria política, mediática y de seguridad en Washington se ha mantenido al tanto de las muchas amenazas de Rusia y, al mismo tiempo, las silencia cuando se trata de Beijing.

"Piense en la China comunista, de la misma manera en que usted piensa ahora mismo sobre Rusia", dijo recientemente a Just the News el senador Rick Scott (R-Fla.), reconociendo que las "atrocidades" de Moscú contra hombres, mujeres y niños en Ucrania eran "repugnantes". "

“Mira, es muy parecido a lo que está haciendo el gobierno comunista de China”, dijo. “Encarcelaron a un millón de personas por su religión. Quitaron los derechos básicos de los ciudadanos de Hong Kong. Conozco a una persona, conozco a su madre, que acaba de ser torturada y asesinada porque es partidaria de Falun Gong.

“Arrestan a la gente, la meten en prisión y simplemente le extraen los órganos y los venden en el mercado negro. Están amenazando a nuestro aliado Taiwán. Tenemos que despertar y decir que los chinos podrán ser buenas personas, y mi experiencia es que lo son, pero que su gobierno es despreciable".

Los esfuerzos de Washington para suprimir las narrativas negativas sobre China ocurrieron de manera más flagrante durante las elecciones de 2020, cuando los funcionarios federales en los campos de la ciencia y la inteligencia disputaron que el letal virus COVID-19 podría provenir de una fuga de laboratorio en China.

Meses después de que Biden ganara las elecciones, la comunidad de inteligencia cambió de rumbo y admitió que la teoría de la fuga en el laboratorio era una de dos causas plausibles, junto a la de la evolución natural.

Pero no es el único ejemplo.

A fines de enero, el director del FBI, Chris Wray, pronunció un ominoso discurso en la biblioteca Ronald Reagan advirtiendo que China era la amenaza de seguridad más apremiante de Estados Unidos, comparando los esfuerzos de Beijing para robar los secretos estadounidenses de innovación y propiedad intelectual con los esfuerzos de la Guerra Fría soviética para obtener el dominio militar en el mundo.

"El volumen total de acciones criminales y amenazantes que vemos por parte del gobierno chino es inmenso", declaró Wray.

Pero dos semanas después, el Departamento de Justicia de Biden puso fin a un programa del FBI que tomó medidas enérgicas contra el espionaje chino a través de académicos, profesores y estudiantes.

El exjefe de inteligencia del FBI criticó duramente la cancelación del programa.

"China representa la amenaza de seguridad nacional más grave para este país en este momento, sin lugar a dudas", dijo a Just the News el subdirector de inteligencia jubilado, Kevin Brock. "Ni por asomo hay otro más grave... Simplemente se vienen y roban nuestra investigación y desarrollo, y no tienen escrúpulos en hacerlo".

“Todo lo que estos estudiantes y profesores obtienen mientras están en este país va directamente a China”, advirtió. "... Así que cerrar esa oficina como una medida de contrainteligencia o una ventaja que tenemos o un imperativo que tenemos, es un poco miope".

La semana pasada, la respetada firma de defensa Cybereason advirtió que Winnti Group, un presunto grupo de piratería patrocinado por el estado chino, estaba llevando a cabo un "intrincado y extenso" esfuerzo de piratería dirigido a fabricantes de defensa, energía, aeroespacial, biotecnología y farmacéuticos en América del Norte, Europa y Asia.

"La revelación más alarmante es que las empresas no sabían que habían sido violadas, tan temprano como, al menos, 2019", advirtió la firma cibernética.

No hubo un anuncio de la administración de Biden ni una conferencia de prensa después de que se publicó el informe, otro ejemplo para algunos de que la oficialidad de Washington prefiere permanecer en silencio ante la amenaza de China.

Algunos expertos en inteligencia también expresan su preocupación por las contradicciones inherentes en la evaluación oficial de la comunidad de inteligencia que la administración Biden publicó en marzo de 2021 sobre la supuesta interferencia en las elecciones extranjeras de 2020, una que se produjo solo unos meses después de que apareciera el informe del DHS.

El informe de evaluación de la comunidad de inteligencia reveló que Rusia había tratado de socavar a Biden  y que Irán había intentado difamar a Trump, pero "China no había ejercido influencia destinada a cambiar el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos".

Pero luego, unas pocas oraciones más tarde, la evaluación agregó una conclusión aparentemente contradictoria: la Oficina Nacional de Inteligencia Cibernética "considera, sin embargo, que China tomó algunas medidas para tratar de socavar la reelección del expresidente Trump", señaló.
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El representante Jeff Van Drew de Nueva Jersey, quien hace dos años se pasó del Partido Demócrata al Partido Republicano, le dijo a Just the News que Estados Unidos sigue con demasiada frecuencia una política de apaciguamiento cuando se trata de Beijing y esa dinámica debe parar pronto.

"Estamos de rodillas ante China", dijo, recordando que "algunos de empleados y embajadores han dicho... 'Ustedes son país muy, muy débil".

El general retirado Keith Kellogg, exasesor de seguridad nacional tanto del presidente Trump como del vicepresidente Mike Pence, dijo que es hora de que Estados Unidos considere crear una coalición de seguridad como la OTAN para resistir la creciente agresión de China.

“La gran amenaza no debería ser Rusia, aunque tenga más armas nucleares que China”, dijo Kellogg. “Pero China es una amenaza emergente, tanto diplomática como militar y económica.

“Creo que debemos poner cabeza a cómo unirnos a todos, aunque aún no lo hemos hecho, y luego centrarnos en las acciones de China”.​