Mujer de Brasil mata a su novio con chocolate envenenado y vive cuatro días con el cadáver

Una tragedia conmocionó el norte de Río de Janeiro, Brasil, después de conocerse la noticia de que una mujer envenenó a su novio con un bombón de chocolate y vivió con su cadáver durante cuatro días.

Luiz Marcelo Antônio Ormond, un respetado empresario, fue hallado muerto en circunstancias macabras que dejaron perplejos a los investigadores, y su novia Julia Andrade Cathermol Pimenta se convirtió en la principal sospechosa de este horrible crimen.

Todo comenzó cuando los vecinos de Ormond alertaron a las autoridades sobre un olor insoportable que emanaba de su apartamento. Cuando los oficiales ingresaron a la vivienda, encontraron el cuerpo del empresario en avanzado estado de descomposición, sentado en el sofá de la sala.

El cuerpo estaba rodeado por dos ventiladores que soplaban hacia una ventana abierta, en un intento fallido de disimular la putrefacción.

A raíz del hallazgo, la policía comenzó con un proceso de investigación en el que se realizaron múltiples entrevistas con vecinos y amigos del empresario. Además, están en la búsqueda de Cathermol, que se encuentra prófuga.

Los testimonios coincidieron en señalar un cambio en el comportamiento en Ormond, quien parecía cada vez más enfermo y debilitado en las semanas previas a su muerte.

Imágenes captadas por una cámara de seguridad del edificio mostraban a Ormond el 17 de mayo junto a Cathermol en el ascensor. En el video se ve a la víctima sosteniendo un plato con un bombón de chocolate y a Julia con una botella de cerveza.

Ormond aparece incluinado contra el espejo, tosiendo y cerrando los ojos. Ahora, el informe forense confirmó que el hombre había ingerido un bombón de chocolate envenenado, conocido localmente como brigadeirão.

La policía también descubrió que, tras la muerte de su novio, Cathermol estuvo en la vivienda durante todo el fin de semana. Las cámaras de seguridad captaron a la mujer saliendo sola y usando el vehículo de su pareja, que posteriormente vendió.

Las investigaciones determinaron que Cathermol tenía todo perfectamente planificado y que no actuó sola. La policía detuvo a Suyane Breschak, una psíquica autoproclamada “mentora espiritual” que estuvo trabajando con la sospechosa durante una década.

Al parecer, Cathermol le debía una exorbitante suma de 600 mil reales (aproximadamente 120 mil dólares) por “consultas espirituales y trabajos”. Esto indicaba una dependencia económica considerable entre ambas, lo que sembró sospechas sobre la motivación detrás del crimen.

Breschak reveló a los investigadores que los días posteriores al asesinato, Cathermol la llamó para pedir ayuda con el cuerpo, mencionando que lo había envuelto en sábanas y había encendido ventiladores porque “el olor era insoportable”.

Con el interrogatorio, quedó claro que el modo de trabajar de Cathermol y la implicación de su mentora espiritual sugieren una planificación minuciosa en el asesinato.