"Me quedé tomando mi café": pasajero del avión siniestrado en Brasil esquiva la muerte tras perder la noción del tiempo

La tragedia aérea ocurrida el viernes en Vinhedo, en el interior del estado de São Paulo, Brasil, dejó 62 víctimas mortales y el impactante testimonio del superviviente Adriano Assis, un pasajero que no logró embarcar en el fatídico vuelo.

Assis tenía previsto volar desde Cascavel, en el estado de Paraná, hasta el Aeropuerto Internacional de São Paulo-Guarulhos, pero llegó a las 9:40 a.m. confiado en que embarcaría en un vuelo operado por LATAM. Sin embargo, al llegar al aeropuerto descubrió que el mostrador de la aerolínea estaba cerrado y que el vuelo había sido reasignado a Voepass Linhas Aéreas.

“Nadie me informó sobre el cambio de aerolínea”, contó al diario brasileño 'O Globo', por lo que fue a la cafetería a esperar noticias. “Me quedé tomando mi café. Esperé, pero ni los paneles de información ni la megafonía decían nada sobre el vuelo", explicó Assis.

El tiempo pasó y, al no escuchar ningún anuncio, decidió acercarse al mostrador, cerca de las 10:40 a.m., donde encontró una fila bastante larga. Cuando fue atendido, uno de los empleados le informó que el proceso de embarque había cerrado una hora antes y que ya no podía subir al avión.

“Discutí con él, pero fue firme y no me dejó embarcar. Hoy quiero agradecerle, porque si hubiera hecho una excepción, yo sería una de las víctimas”, confesó el hombre con lágrimas en los ojos.

El vuelo 2283 de Voepass se precipitó, por causas que todavía se desconocen, en una zona residencial de la ciudad de Vinhedo, a menos de 100 kilómetros de su destino.

El siniestro sucedió en cuestión de segundos. A menos de una hora de llegar a su destino, la aeronave se desplomó 3.300 metros en un minuto, según Flightradar24, que monitorea el tráfico aéreo en tiempo real. "El tiempo transcurrido desde la indicación de un problema hasta los datos finales recibidos fue de 89 segundos", indica el rastreador.

Respecto al avión, se trata de un modelo ATR 72-500 propulsado por dos motores turbohélice construido por ATR hace 14 años. La aeronave se entregó a la compañía albanesa Belle Air en 2010 y Voepass, que es la cuarta aerolínea de Brasil, lo adquirió en 2022.