Tres jóvenes asesinados mientras compraban divisas: ¿Qué pasa con los dólares en Bolivia?

Los primos Verónica Victoria, de 33 años, y Domingo Santos, de 32, junto con José Luis, de 27, estaban desaparecidos desde el sábado 24 de agosto en Bolivia. Los jóvenes salieron de sus hogares para comprar divisas a un tipo de cambio accesible, según medios locales. La transacción iba a ser de 100 mil dólares. Dos días después, los tres fueron encontrados sin vida.

De acuerdo al reporte policial, habían recibido disparos en la cabeza, además de presentar heridas en el cuello causadas por un arma punzocortante. Cuatro personas, tres de nacionalidad boliviana y una cubana, han sido aprehendidas en relación con el triple crimen ocurrido en una localidad cercana a La Paz. Una de las víctimas se dedicaba a la compra y venta de vehículos, lo que explicaba "su necesidad de adquirir dólares", dijo un familiar a la policía.

La escasez de divisas en Bolivia hace más de un año, ha puesto al país nuevamente, al borde de una crisis social, unida a otros factores como la falta de combustibles, y las disputas políticas. Protestas, crecimiento de la delincuencia y escasez de efectivo en los bancos marcan los últimos tiempos de un país que se vanaglorió en llamarse "el milagro económico latinoamericano". 

Las dificultades para obtener monedas extranjeras (dólares, euros u otras) en la nación andina ha generado un escenario preocupante para sectores clave de la economía, con impactos directos en el abastecimiento de productos importados, medicamentos e hidrocarburos. Pero también ha provocado el aumento de delitos relacionados a este fenómeno, incluyendo asesinatos. 

Bolivia sufre desde principios de 2023 una falta de liquidez de la divisa, algo que coincidió con los informes oficiales que mostraron una disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN) de ese país. A principios de enero de 2024 el Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el nivel de estas cayeron de 3.796 millones de dólares en 2022, a 1.709 millones en sólo un año. Pasado ocho meses de esta gestión, la situación es aún peor, estiman los analistas. 

El tipo de cambio oficial se mantiene en 6,96 bolivianos por cada dólar, pero en el mercado paralelo ha alcanzado hasta 13 bolivianos, lo que representa una depreciación de casi el 50% en la práctica. La última vez que se movió el tipo de cambio fue en 2011.

Los bancos han limitado la movilidad de divisas en sus cajas (sólo permiten la extracción de 100 dólares diarios), el límite de compras con tarjetas de débito y crédito por Internet está marcado en 25 dólares semanales, dependiendo la entidad financiera, y los servicios internacionales de envíos de remeses como Wenster Union o MoneyGram no cuentan con liquidez para la entrega del efectivo en la moneda correspondiente. 

La situación se torna aún más crítica en el ámbito de la salud, donde pacientes con enfermedades crónicas, como el cáncer, luchan por obtener medicamentos esenciales, mientras que el sistema estatal enfrenta dificultades para satisfacer las demandas de la población. Las farmacéuticas están en la misma disyuntiva ante los problema de liquidez para adquirir los productos médicos. 

El sector de Hidrocarburos camina por una línea similar. En 2006, cuando comenzó a gobernar Evo Morales, una de sus primeras decisiones políticas fue la nacionalización de la explotación del gas natural, un recurso en el que es rico Bolivia. Con el tiempo, las ineficiencias en la gestión y la falta de inversiones adecuadas en el sector provocaron una caída en el nivel de producción de gas natural y que el país pasara de ser exportador neto a importador neto de energía.

Es un círculo vicioso, aseguran los economistas de la región: la falta de dólares impide que se importe suficiente diésel y, a la vez, la necesidad de importar alrededor de 3.200 millones de dólares anuales de combustibles drena las divisas del país en un contexto de "desaparición" de las reservas del Banco Central.

El no contar con suficientes dólares en las instituciones bancarias de Bolivia ha llevado a multitudinarias manifestaciones, bloqueos y hasta huelgas en sectores como el de los transportistas, a quienes se les ha hecho más difícil el acceso a los combustibles, altamente subsidiados en el país suramericano.

El ciudadano promedio igual ha sentido el golpe de la falta de dólares en su día a día. Los precios en los mercados han subido, el comercio informal se ha disparado y los productos de la canasta básica del boliviano se han reducido "considerablemente", afirman las encuestas que no publica el oficialismo.

Según declaraciones recientes del Ministerio de Gobierno boliviano, también se han incrementado las denuncias de estafa relacionadas a la compra y venta de divisas, principalmente a través de las redes sociales.

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen alertó que solo en La Paz se reciben entre dos y tres denuncias semanales y en junio se logró capturar a una banda de diez personas que realizaban estafas mediante la suplantación de identidad en WhatsApp y otras plataformas digitales.

Las autoridades incluso sugirieron evitar transacciones por redes sociales y pagos electrónicos a desconocidos. 

Mientras tanto el presidente boliviano Luis Arce ha admitido en varias oportunidades que escasean las reservas internacionales, pero niega que haya una crisis económica. En su momento, el mandatario llegó a declarar que sus opositores, entre ellos su exaliado Evo Morales, buscaban "generar una crisis política" a través de supuestas especulaciones con la disponibilidad de divisas.

"El Banco Central ya no tiene dólares, básicamente para proveer a los importadores y los exportadores están teniendo que ir al mercado paralelo o al sistema financiero, pero el sistema financiero tampoco tiene suficientes dólares, lo que ha hecho que las comisiones crezcan fuertemente", aseguró el analista económico José Luis Evia a la agencia Reuters. 

Todo el tema, que pareciera no tener una solución a corto plazo y que mantiene un clima de inestabilidad en Bolivia, está acompañado por los conflictos políticos entre los principales partidos, la inflación que niega el gobierno izquierdista y un ambiente de disputa preelectoral, que se ha adelantado a los comicios de 2025.

La realidad, es que no hay una propuesta ni una respuesta oficial a la polémica falta de dólares de casi dos años, y el mercado "negro o paralelo" sigue siendo la única opción para los bolivianos.