El conmovedor testimonio de los padres acusados falsamente de abusar y matar a su bebé de 21 días

Layla Melani Rivero (24 años) y Gabriel Barrientos (26 años), padres de la bebé de 21 días que murió la pasada semana de un paro cardíaco en un hospital de Argentina y que fueron falsamente acusados de abusarla y matarla, rompieron este martes su silencio para denunciar que fueron "víctimas de una mala praxis médica y de la barbarie policial", reportan medios locales. 

"Es lo peor que me ha pasado en la vida. Era la primera vez que entraba en una comisaría. Ensuciaron nuestro nombre. Ahora salir a la calle me da miedo porque no sé cómo reaccionará la gente. Es horrible. No pudimos despedirnos de ella ni darle nuestro último beso como padres", declaró la madre de la bebé  al ser entrevistada en Radio Con Vos, citada por Infobae. 

En un principio, las autoridades del Hospital Balestrini de La Matanza aseguraron que la bebé llegó a urgencias con un paro cardíaco y que pese a las maniobras de resucitación cardiopulmonar e ingresar en terapia intensiva, falleció a las pocas horas. En ese contexto, los médicos del área de pediatría y de neonatología denunciaron que la menor presentaba lesiones compatibles con un abuso sexual, informaron medios argentinos.

Sin embargo, el informe preliminar de autopsia recoge que la bebé sufrió una asfixia mientras era amamantada. En la necropsia tampoco se hallaron lesiones que indicaran una muerte traumática o indicativas de un presunto abuso sexual, como reportaron las autoridades del hospital. “Es lo peor que me pasó en la vida", afirmó Layla.

Luego de que el hospital denunciara el caso a la Policía, la pareja fue detenida durante una inspección en su domicilio y a partir de ahí comenzaron a vivir un calvario.

"Lo pasé muy mal, tanto en el hospital como en la comisaría (...) Hubo maltrato físico y verbal de todas las formas que te puedas imaginar. Me pegaron al entrar en la comisaría, al ir a dejar las huellas y al estar con los internos, cuando deberían haberme dejado en aislamiento", dijo Gabriel. 

El hombre contó que estuvo dos días sin beber agua y que los policías le decían que se merecía lo peor. "Estuve dos días sin contacto con el mundo y lo único que recibí fueron insultos", contó el hombre. 

La pareja aseguró que no les informaron de qué estaban siendo acusados en el momento de su detención. "Fuimos a comisaría a declarar y cuando nos dimos cuenta estábamos encerrados y no sabíamos por qué".

Según Gabriel, fue un agente de policía quien le avisó de la muerte de su hija y lo llamó "maltratador".

Mientras que su esposa dijo que le ofrecieron entregar a Gabriel pero que ella no lo hizo "porque sabía que no había hecho nada", admitió la mujer.

"La policía me dijo 'ahora cuando te pongan con los otros presos te van a matar porque eso no se perdona'. Yo les dije que no, que habíamos sido pareja durante 10 años y que era imposible que yo hubiera hecho algo así", relató.

Layla, según dijo, fue recibida en la celda por una mujer que le dio una patada en la cara y luego otras 20 reclusas se sumaron a golpearla. 

La pareja había sido acusada por la fiscalía argentina de un delito de homicidio agravado. 

Tras el informe de la autopista y el informe del Cuerpo Médico Forense, además de una pericia independiente encargada a la Procuración bonaerense, señalaron que la bebé falleció por una asfixia mientras era amantada y se descartaron las lesiones de abuso sexual, el juez de Garantías 3 de La Matanza, Rubén Ochipinti, decretó el cese de la detención de los dos jóvenes, presos desde el martes pasado, reportó Perfil.