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Política

Partido Comunista de China busca ampliar su "imperio" en América Latina

El partido único del gigante asiático adelantó sus ambiciones latinoamericanas días antes de que Managua cortara sus lazos con Taipei

Enero 3, 2022 1:38pm

Updated: Enero 3, 2022 6:53pm

El Partido Comunista Chino (PCC) dio a conocer un nuevo "plan de acción para la cooperación" con América Latina, el cual indica su deseo de influir en la región y amenazar los intereses de Estados Unidos en el hemisferio occidental, informó el Washington Examiner.

"El Partido Comunista y el gobierno chino buscan activamente fortalecer sus lazos en todo el hemisferio occidental, en particular con elementos antiestadounidenses. Pekín pretende superar a Estados Unidos en todos los sectores, y debemos tomarnos en serio esta amenaza", afirmó el senador Marco Rubio en un comunicado.

Este "plan de acción" surgió tras la cumbre del 3 de diciembre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China. La primera cumbre China-CELAC fue lanzada por el ex dictador venezolano Hugo Chávez en 2011 en un intento de rivalizar con la Organización de Estados Americanos (OEA), a fin de desafiar la influencia de Estados Unidos en la región.

El bloque cooperativo parece servir ahora como una plataforma a través de la cual el secretario general chino, Xi Jinping, pretende reunir una coalición de gobiernos autoritarios de izquierda de América Latina con el fin de promover los intereses de Pekín.

"Los chinos no dicen: 'Queremos apoderarnos de América Latina', pero establecen claramente una estrategia de compromiso multidimensional que, de tener éxito, ampliaría significativamente su influencia y produciría enormes preocupaciones de inteligencia para Estados Unidos", advirtió Evan Ellis, profesor de investigación del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos y ex miembro del personal de planificación de políticas del Departamento de Estado.

Sin embargo, las ambiciones de China en la región son cada vez más difíciles de negar para Washington. Poco después de que el gobierno de Joe Biden, la Unión Europea y la Asamblea General de la OEA reprendieran al dictador nicaragüense Daniel Ortega por llevar a cabo unas elecciones que "no fueron libres, justas ni transparentes y carecen de legitimidad democrática", el líder izquierdista cerró la embajada de Taiwán en Managua para impulsar sus relaciones con Pekín.

"El régimen de Ortega-Murillo anunció el término de sus relaciones diplomáticas y de cualquier contacto oficial con Taiwán, pero la elección falsa del 7 de noviembre no le proporcionó ningún mandato para sacar a Nicaragua de la familia de las democracias americanas", criticó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una declaración emitida el 9 de diciembre.

"Sin el mandato que conlleva una elección libre y justa, las acciones de Ortega no pueden reflejar la voluntad del pueblo nicaragüense, el cual sigue luchando por la democracia y la capacidad de ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales", agregó.

El senador Rubio también criticó la creciente cercanía del régimen nicaragüense con el Partido Comunista Chino en un artículo de opinión publicado recientemente.

"El régimen Ortega-Murillo ve al PCC como un mejor aliado ideológico que Estados Unidos porque la larga lista de crímenes y violaciones de los derechos humanos de Ortega no preocupan al régimen genocida de Pekín. Ortega también desea que continúe la financiación china para la construcción de un canal del Atlántico al Pacífico a través de Nicaragua, el cual será utilizado los buques de guerra del Ejército Popular de Liberación para acceder al Caribe", sentenció el republicano.

Pero las ambiciones de Nicaragua van más allá de fortalecer sus relaciones diplomáticas. Recientemente, el canciller nicaragüense Denis Moncada expresó su interés en unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, un acuerdo de inversión en infraestructuras liderado por el PCC que los funcionarios estadounidenses consideran un plan de préstamos depredador ideado para "comprar un imperio".

"La región está preparada para la inversión, para adquirir un compromiso con un socio del tamaño de China en diferentes sectores. Y [China está] capitalizando eso de maneras que, creo, no estamos reconociendo y a una velocidad a la que creo que no estamos respondiendo", comentó el asistente de investigación de la Fundación Heritage, Mateo Haydar.

El PCCh ofreció un adelanto más profundo de sus ambiciones latinoamericanas días antes de que Managua cortara los lazos con Taipei. La cumbre China-CELAC del 3 de diciembre culminó con la adopción de un plan para estrechar los lazos económicos y mejorar la "cooperación política y de seguridad", al tiempo que se profundiza la participación de China en esferas de alta tecnología, desde el ciberespacio y la inteligencia artificial hasta "la ciencia espacial, el intercambio de datos por satélite, las aplicaciones satelitales, la construcción de infraestructura terrestre" e incluso la energía nuclear.

"Existe una ambición absoluta de que China se convierta en la influencia dominante en América Latina. El desafío es grande, y hay absolutamente un interés de seguridad y militar allí. ... Esa amenaza está creciendo, y es un tipo de amenaza diferente a la que vimos con la amenaza soviética", añadió Haydar.