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Salud

El vapeo frecuente en los adolescentes aumenta los niveles de uranio y plomo en la orina

Los adolescentes que vapean con frecuencia presentan más uranio y plomo en la orina que los fumadores ocasionales

Una feria comercial recoge las últimas tendencias de vapeo, en Nueva York (Estados Unidos), en una imagen de archivo.
Una feria comercial recoge las últimas tendencias de vapeo, en Nueva York (Estados Unidos), en una imagen de archivo. | EFE/ Alba Vigaray

Mayo 1, 2024 4:24pm

Updated: Mayo 1, 2024 9:46pm

Los adolescentes que vapean con frecuencia presentan más uranio y plomo en la orina que los fumadores ocasionales, según un estudio basado en los datos de una encuesta realizada a 200 adolescentes de entre 13 y 17 años que solo fuman cigarrillos electrónicos, informó la agencia de noticias EFE.

El estudio recuerda que, tal y como han demostrado investigaciones previas, la exposición a ciertos metales de los aerosoles y los líquidos de los cigarrillos electrónicos es especialmente perjudicial durante el desarrollo.

Está probado, dice el artículo, que la exposición a estas sustancias está relacionada con el deterioro cognitivo, los trastornos de comportamiento, las complicaciones respiratorias, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Aunque se trata de un estudio observacional -por lo que no pueden extraerse conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos-, los investigadores aseguran que los resultados prueban que urge aplicar normativas y medidas de prevención específicas para adolescentes ante el consumo de cigarrillos electrónicos.

En el estudio, publicado este martes en la revista Tobacco Control, los investigadores buscaban averiguar si los niveles de metales potencialmente tóxicos podían estar asociados a la frecuencia de vapeo y si el sabor de las sustancias (aceites) influye.

Para ello se basaron en las respuestas del Estudio de la Juventud PATH, uno de los estudios de salud a nivel nacional más importantes de EE. UU.- realizado entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019-, que analizó a 1 607 adolescentes de entre 13 y 17 años, doscientos de ellos fumadores exclusivos de cigarrillos electrónicos.

Se analizaron muestras de orina para detectar la presencia de cadmio, plomo y uranio, y la frecuencia de consumo se clasificó en ocasional (1-5 días al mes), intermitente (6-19 días) y frecuente (más de 20 días).

Los sabores se agruparon en cuatro categorías mutuamente excluyentes: mentol o menta; fruta; dulce, como chocolate o postres; y otros, como tabaco, clavo o especias, y bebidas alcohólicas o no alcohólicas.

De los 200 consumidores exclusivos (63% mujeres), 65 declararon un consumo ocasional, 45 intermitente y 81 frecuente (faltó información sobre la frecuencia de consumo de 9 de ellos).

El número medio de caladas recientes al día aumentó con la frecuencia de consumo: ocasional (0,9 caladas), intermitente (7,9 caladas) y frecuente (27).

En los 30 días anteriores, 1 de cada 3 consumidores (33%) declaró haber consumido sabores mentolados; la mitad (50%), sabores afrutados; algo más del 15%, sabores dulces; y el 2%, otros sabores.

El análisis de las muestras de orina probó que los niveles de plomo eran un 40% más altos entre los fumadores intermitentes y un 30% más altos entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales. Los niveles de uranio en la orina también eran el doble de altos entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

Al comparar entre sabores, el estudio mostró niveles de uranio un 90% más elevados entre los vapeadores que preferían sabores dulces que entre los que optaban por mentol/menta. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los niveles urinarios de cadmio entre la frecuencia de vapeo o los tipos de sabor.

Al ser un estudio observacional, no se pudieron realizar conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos y la frecuencia o los sabores del vapeo. Además, los niveles de metales tóxicos en los vapeadores variarán según la marca y el tipo de vaporizador utilizado, según se puntualiza.

Pero el estudio alerta sobre un dato especialmente preocupante: el aumento de los niveles de uranio en la categoría de sabores dulces. "El sabor dulce de los cigarrillos electrónicos puede suprimir los efectos nocivos de la nicotina y potenciar sus efectos reforzadores, lo que da lugar a una mayor reactividad cerebral", advierten.

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