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Crimen y Corrupción

Mujer condenada a 50 años por estrangular a embarazada para robarle el bebé

Una mujer de Chicago, de 51 años, llamada Clarisa Figueroa, fue sentenciada a 50 años de cárcel por el asesinato de una joven embarazada y el posterior secuestro de su bebé.

Condenada por asesinato
Acusada | Chicago Police Department

Abril 18, 2024 6:03am

Updated: Abril 18, 2024 8:45am

Una mujer de Chicago, de 51 años, llamada Clarisa Figueroa, fue sentenciada a 50 años de cárcel por el asesinato de una joven embarazada y el posterior secuestro de su bebé. Clarisa y su hija Desiree atrajeron a Marlen Ochoa-López, de 19 años, con el pretexto de regalarle ropa de bebé. Una vez allí, la pareja estranguló a Ochoa-López y le extrajeron al bebé del útero. El pequeño Yovanny López sobrevivió por siete semanas, pero finalmente murió a causa de las graves lesiones sufridas.

El 16 de abril Clarisa Figueroa compareció ante un tribunal del condado de Cook para recibir su sentencia. No ofreció declaración alguna, pero respondió afirmativamente cuando se le preguntó si entendía que cumpliría toda su condena sin posibilidad de libertad condicional anticipada.

Clarisa y su hija Desiree, de 29 años, se declararon culpables de asesinato en primer grado en enero. De acuerdo con las autoridades, la pareja atrajo a Ochoa-López a su muerte mediante una publicación en Facebook en la que ofrecían ropa de bebé y un cochecito. Una vez que la joven embarazada acudió al lugar, la pareja la estranguló con un cable y le extrajeron al bebé del útero.

El pequeño Yovanny López  murió en junio de 2019 por falta de oxígeno y sangre en el cerebro, así como por un prolapso del cordón umbilical y la placenta causado por la agresión y muerte de su madre.

Yovanny López, el esposo de Marlen Ochoa-López y padre de Yovanny, proporcionó una desgarradora declaración en la sala del tribunal, en la que expresó que la muerte de su esposa y el ver morir a su hijo pequeño en sus brazos habían sido una "agonía total". También señaló que "la justicia de Dios" le llegaría a Clarisa Figueroa el día de su muerte.

Desiree Figueroa, por su parte, se declaró culpable de asesinato en primer grado y fue sentenciada a 30 años de prisión, tras aceptar testificar contra su madre. Según las autoridades, la pareja cometió este crimen porque Clarisa estaba ansiosa por criar a un niño después de haber perdido recientemente a su hijo adulto.